viernes, 16 de noviembre de 2012

La legendaria Guía Michelin tiene nuevo jefe...


Algo nuevo se está cocinando en las estrellas para la Guía Michelin, la institución de reseñas francesa obtiene un acento estadounidense.
Michael Ellis, oriundo de Colorado, Estados Unidos, tomó el trabajo de embajador de las guías este otoño convirtiéndose en el primer americano en dirigir la prestigiosa Guía Michelin.
La idea de que un americano se encargara de “esta biblia francesa es un gran reto”, asegura colman Andrews, director editorial de Daily Meal. “La Guía Michelin es una institución francesa, hubiera sido impensable hace 10 años que se pensara que un americano la dirigiría”.
Fundada en 1900 por los hermanos llanteros  Edouard y Andre Michelin, la guía roja enlistaba lugares para cargar gasolina, comida y otras necesidades para alentar a los motociclistas a andar en el camino, algo bueno para el negocio. En 1926 la compañía introdujo su sistema de clasificación de estrellas para los restaurantes y tener una, dos o tres estrellas Michelin como cocinero se convirtió en un sinónimo de calidad.
Con Ellis al frente, la guía tendrá algunos cambios, entre ellos están:
1. Expandir las listas, incluyendo más ciudades en Asia y Estados Unidos.
2. Ampliar el alcance de los restaurantes analizados. “Es un error pensar que Michelin es estrictamente de gama alta”, asegura Ellis. Sólo alrededor del 10 por ciento de los restaurantes evaluados son los favoritos.
3. Aumentar la presencia en línea de la guía y encontrar nuevas fuentes de ingresos. Michelin tiene libros electrónicos y aplicaciones móviles y en Francia ha puesto en marcha un motor de búsqueda de restaurantes con un componente de promoción.
"Tenemos un núcleo respetado - nuestros profesionales, son profesionales de la alimentación", afirma Michael. "Son los empleados asalariados de Michelin. Son anónimos para que nadie sepa quiénes son y siempre pagan sus cuentas. Así que realmente tienen experiencias que el cliente ordinario tendría, a diferencia de, por ejemplo, de los escritores o periodistas gastronómicos que pueden ser reconocidos o no pagan sus cuentas a veces. Eso nos da la independencia que creo que nadie más tiene."
Con todas las transformaciones que se avecinan, una pregunta surge para los restauranteros y chef mexicanos, ¿lograrán conseguir un libro rojo en un futuro cercano? Sólo el tiempo lo dirá.
   

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