Gran parte de la experiencia de degustar un buen mezcal comienza en su elección; hay que verificar que la etiqueta lo confirme 100% alcohol de agave.
Para identificar un mezcal tradicional los expertos recomiendan humedecer un dedo en el líquido y frotarlo en la mano para percibir los aromas. Se dará cuenta del olor a agave cocido que desprende.
Otra forma, consiste en la observación del perlado o burbujas, que determinan su grado alcohólico; un mínimo de 45 grados, el nivel necesario para que el elixir conserve sus propiedades olfativas y gustativas. Agite la botella para averiguar si hay burbujas; si no las hay, seguramente es de baja calidad.
Los mezcales tradicionales deben ser transparentes. Si encuentra algún tono amarillento o ámbar, probablemente fue procesado en barrica, lo que inhibe los sabores y aromas originales.
De manera similar a una cata de vino, hay que empezar por los aromas que desprende el líquido. Acerque la nariz a la boca del vaso e identifique las esencias; deberá encontrar el mismo olor de la gota frotada en la mano.
Proceda a tomar un sorbo y "jugar" con él por toda boca para identificar los sabores.
Gabriel Mora y Romero
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