Hacer aguas de sabor con las frutas de temporada es una tradición gastronómica muy mexicana que se presume a lo largo de la República.
La mezcla de agua, azúcar y fruta surgió como una forma de las amas de casa para proteger la economía porque solían prepararse con la fruta madura y de temporada que se tenía en el frutero.
Aunque es sencillo encontrar casi todos los sabores a lo largo del País, cada región o estado tiene sus propias recetas; por ejemplo, en Tlaxcala, la de betabel con naranja es clásica; la de avena con chocolate es la favorita en Tabasco y parte de Chiapas; en las mesas yucatecas no puede faltar la de chía y en los hogares oaxaqueños la de chilacayote, canela y piña...
Prepararlas es sencillo, basta con licuar la fruta de su preferencia con agua y azúcar, agregar hielos y lista para beber.
A pesar de ser económicas y sencillas, los refrescos embotellados las han desplazado y verlas en las meses de los hogares mexicanos ya no es común. Sin embargo nutriólogos recomiendan retomar esta tradición que, además, es una forma de cubrir una de las porciones de frutas que se requieren en una alimentación balanceada.
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