A juzgar por los "accidentes" de la primera curva del reciente GP de Bélgica, pareciera que algunos de los pilotos de la actualidad, ni la conocen.
Me atrevo a asegurar, basándome en la forma en que "atacaron" la primera curva el joven Verstappen y el germano Vettel -con todo y sus 4 campeonatos- que nadie, nunca, les dijo nada más o menos parecido.
Sin embargo, creo que aunque así hubiera sido, no lo habrían entendido, porque aún, para entender algo tan elemental, algo que está de lleno en las profundidades de la lógica, se necesita sentido común y cuando menos, un dedo de inteligencia, y desafortunadamente, hoy no se ve mucho de eso en los bisoños que pilotean en la F1.
Del germano, -que aún teniendo 6 metros a su costado izquierdo para evitar una colisión golpeó a su compañero-, pues no hay mucho que esperar, -sus campeonatos fueron el resultado de la notable superioridad del Red Bull que salió de la mesa de diseño del genial Adrian Newey- basta echarle un vistazo a las entrevistas durante su andar por la F1, para darnos cuenta que el razonamiento no es uno de sus fuertes, y del chamaco holandés, habría que puntualizar que todavía no termina de transitar por la adolescencia... es un remolino de entusiasmo, por su interior corren, igual que él lo hace en la pista, una jauría de hormonas desbocadas... y si a esto le sumamos la "inflada" que le han dado los medios con esa monumental barbaridad de que es "el nuevo Senna..." pues sólo queda la resignación... y esperar que no cause la muerte de alguien más durante una carrera, -ya sea piloto o espectador- debido a la estupidez que incluye en algunas de sus maniobras de rebase.
No dejo de pensar que a esta generación de jóvenes pilotos, -con sus excepciones, como en todo- les falta INTELIGENCIA, sí, correr con inteligencia, no sólo salir a darlo todo como potro desbocado...
Ejemplos en el pasado de corredores rápidos, exitosos, campeones e inteligentes, tenemos varios; comenzando por Sir Jack Stewart, que "usaba" la cabeza antes que permitirle a sus vísceras expulsar una acción descontrolada.
Niki Lauda, preciso, calculador, consciente -desde antes de su accidente en el mítico Nürburing- de los RIESGOS que conlleva este deporte/espectáculo, al grado que dejó escapar el campeonato en aquel GP de Japón del ´76, debido a las condiciones climáticas extremas que se presentaron, y por las cuales decidió retirarse de la carrera.
Nelson Piquet, que abiertamente decía que durante una carrera, había que correr riesgos medidos, calculados, tomando en cuenta de antemano, las posibilidades que ofrecía su auto, el lugar desde el que partía en la parrilla, etc.,
Un ejemplo claro de lo anterior, fue su desempeño en la temporada del ´87, que al ver lo agresivo, pero sobre todo, lo errático que era su compañero de equipo, el británico Nigel Mansell -"...un piloto con mucho corazón y muy poca inteligencia", diría nuestro compatriota Jo Ramírez-, decidió dejarlo intentar ganar todas las carreras, mientras él aseguraba el segundo lugar sin correr riesgos de más, sólo esperando, que el británico cometiera los errores que le eran ya característicos, y entonces, él se embolsaba los 9 puntos del ganador, y así, con esa sencilla ecuación, se convirtió en campeón mundial por tercera vez.
Pero la generación de pilotos de hoy en la F1, parecen salidos de los juegos de video; los ingenieros y los estrategas de los equipos son los que les dicen qué hacer, ellos ni siquiera tienen que pensar o decidir; su inmadurez es tan notable que abruma.
Baste ver al jovenzuelo español, -por poner un ejemplo- Carlos Sainz en el Gran Premio citado, con un neumático trasero reventado y NO disminuir la velocidad para llegar a los fosos con el menor daño posible en el auto, y así, poder continuar la carrera, ofrecer a su patrocinador más exposición en pantalla, y quizá, si la fortuna diera un giro inesperado, obtener algo de puntos para el campeonato; en cambio, trató de mantener un ritmo frenético en tres ruedas hasta que terminó destrozando cuanto pudo del monoplaza y abandonando la carrera.
Y ya que hablamos de estupidez, la del joven Verstappen durante la justa en las Ardenas fue extrema; su maniobra de meterse "con calzador" en la primera curva de la carrera, que ocasionó que ambos Ferrari se tocaran, es digna de un novato de la Fórmula Ford, o sea, de un principiante, y por si eso no fuera suficiente, ha confesado que las posteriores maniobras de bloqueo a mas de 300 k/h en recta -de ALTÍSIMO RIESGO- a Kimi Räikkönen, ¡las hizo ¡a propósito! en venganza del incidente que ÉL mismo causó en la primera curva, pero que afirma, fue culpa de los de Ferrari, o sea, que el niño estaba ¡haciendo su berrinche! y poniendo en riesgo la vida del piloto finlandés, que si no fuera por su experiencia, habría volado hasta lo alto de la montaña que tenían enfrente...
Entonces las interrogantes comienzan a surgir; y lo que parece más lógico, ante la pérdida de audiencia de la Fórmula 1, es que ésta, necesita con celeridad una figura mediática sobresaliente, ya que los pilotos de hoy son tan grises, que todos juntos no harían un Lauda, un Prost, un Piquet, ya no digamos un Clark o un Stewart... así que todo indica que están consintiendo a este mozalbete para convertirlo en el disparador de entradas a los autódromos y de audiencias frente al televisor, pero ¿a qué precio? ¿a costa de lo que sea? incluida ¿la vida de otro piloto?
Pero lo más estúpido de ese domingo, me resultó el comentario del locutor Luis López, alias "Chacho", -hágame usted el favor con el sobrenombre, parecen futbolistas o boxeadores éstos hijos de barriada...- que en su programa de radio de aquella tarde, dijo que lo hecho por el imberbe holandés, ¡estuvo bien..!!!! porque pone más emoción a las carreras..! o sea, que propone que volvamos a la época que se iba a las carreras para ver ¡quién chocaba..!
Un asunto es el espectáculo y otro la SEGURIDAD; cuando haya un accidente grave, va a ver este ignaro anunciador, si fue bueno para el espectáculo... pero no me extraña que este improvisado e inexperto exprese tal sinsentido, ya que en su vida ha corrido un coche de carreras, me refiero en competencias reales, porque seguramente alguno de sus pares, -el Chapu o el Checo, o el...- le habrán dejado manejar alguno, pero el punto es, que no tiene la más remota idea de lo que está hablando.
En el umbral de que Bernie Ecclestone abandone las riendas de la Fórmula 1, ésta legendaria categoría del automovilismo mundial, pide a gritos una estrella que le devuelva la gloria ida, pero insisto, ¿a cualquier precio?
Gabriel Mora y Romero
Director General y Editorial
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