Mis recuerdos de la HORQUILLA se remontan a los "lunes de autódromo", tarde en que se abría el circuito para que fuéramos a practicar... -vueltas y vueltas y más vueltas al circuito completo de 5 kilómetros-, todos los que disfrutábamos con la velocidad y el riesgo...
Y ahí, siempre estaba don José Antonio Solana, "el viejo Solana" -como lo nombraba cariñosamente todo mundo- uno de los pilares fundamentales del automovilismo deportivo mexicano y padre de uno de los tres pilotos de rango mundial que hemos tenido en este país: el finado Moisés.
Parado con algunos acompañantes en el "delgado camellón de la recta entre la S del LAGO y la HORQUILLA, "echando un ojo" a todos los pilotos... cómo frenábamos, cómo trazábamos las trayectorias, cuándo y cómo acelerábamos saliendo de... etc., y tengo el honor de haber recibido más de una vez su consejo cuando terminaba la práctica y volvíamos a las pitts.
Recuerdo haberme mandado llamar y dado un par de consejos de cómo frenar más efectivamente, de qué aceite -uno más ligero por supuesto- poner el la caja de cambios que me haría un par de segundos más rápido por vuelta... desde esa tarde, cada ocasión que necesitaba su sabio consejo, acudía a su casa en la calle de Extremadura entre Patriotismo e Insurgentes, en donde tan sólo se asomaba por una de sus ventanas y con su clásico modo brusco, directo y claro, me decía qué hacer, yo se lo agradecía y él, cerraba su ventana y desaparecía.
Cabe mencionar que "el viejo Solana" no le hacía caso a prácticamente nadie, su relación dentro del automovilismo deportivo mexicano se constreñía a su círculo que huelga decir, que era muy reducido y cerrado, por lo que siempre le agradecí que se fijara en un chamaco de 17 años, que hacía sus "pininos" en un Datsun 1969 sin modificación alguna...
Pero regresemos al recorrido del circuito original de la Magdalena Mixhuca... al final de la recta que seguía de la HORQUILLA se llegaba en 4a con el acelerador a fondo, y así se tomaba la primera curva a la derecha, estábamos entrando en el grupo de curvas llamado las ESES, y que en el trazado actual hicieron añicos éstos...
Conforme nos adentrábamos en la serie de curvas, derecha izquierda derecha, --una sección sumamente divertida y que requería de mucha concentración-, se iban volviendo más rápidas, incrementando la velocidad, por lo que resultaba fundamental salir con una buena inercia para llegar a la mayor velocidad posible para tomar la PERALTADA... y salir "embalado" a la recta principal, en gran medida, de eso dependía un buen "crono" a la vuelta...
En teoría, las curvas no presentaban retos serios, pero no hay nada más alejado de la verdad que eso, cada una de ellas "escondía" una suerte de sorpresa que de no entender y aprender, hacía que se rompiera el buen ritmo que se debía de mantener desde el principio, desde que se entraba en la primera curva... un error en cualquiera de ellas, rompía la cadencia, el ritmo, que inmediatamente se reflejaba en el cronómetro...
La sección de las ESES de hoy, se convirtió en una serie de curvas "ligeras", casi rectas con el pretexto de ganar espacio para "salidas" de seguridad, que por cierto funcionaron, ahí vimos a Vettel y a quién sabe cuántos más, trompear durante los tres días del evento.
La exigencia de perfección y habilidad que plantean ahora es bajísimo comparado con el que exigía el trazado original, en el que si cometías un error, indefectiblemente te ibas contra el riel; hoy no se pueden permitir eso; ni los pilotos dan para un ...
Como podrá ver en la imagen superior (Pedro Rodríguez, Cooper Maserati), el contorno de las curvas tenía mitades de llantas que no permitían que los pilotos lo rebasaran, además de un ligero peralte en cada una de ellas... ¡era un gusto correr ahi!
La PERALTADA, en los autos de serie que no alcanzaban grandes velocidades, se tomaba en 4a con el acelerador a fondo, cuidando una trayectoria lo más limpia posible para llegar a la RECTA PRINCIPAL, a la mayor velocidad y así lograr un buen tiempo en los cronómetros...
Lo que quedó del autódromo actualmente, es una sombra de lo que fue. Escucho a jóvenes elogiar el circuito, sobre todo ahora, días después de la celebración del "Gran Premio silencioso" (creo que la máquina de coser de mi madre hacía más ruido que éstos...), y no los critico, su desconocimiento de lo que era este autódromo es total...
El ingeniero civil y diseñador de cabecera de Bernie Ecclestone, Hermann Tilke, autor de la más reciente destrucción del circuito mexicano, diseña para que se vean bien las tomas de la televisión, no para los pilotos, el público o el deporte...
Este caballero se define también como piloto, creo que ha de ser muy malo; ¡si maneja como diseña..!
Durante el Gran Premio de Estados Unidos en Austin, Tx., el año pasado, conversaba con un buen amigo, decano de los comentaristas británicos, y me decía a propósito de Tilke: "debería de correr en uno de los circuitos que diseña, para que se de cuenta de lo aburrido que resultan".
Espero poder contarles más sobre las épocas idas y las más actuales del automovilismo nacional e internacional en cuanto disponga de tiempo, y mostrar a las nuevas generaciones interesadas, lo que éste deporte fue.
¡Hasta la próxima!
Gabriel Mora y Romero
Director Editorial
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