domingo, 15 de noviembre de 2015

El vino espumoso, ¿el más versátil? segunda entrega...

Y... continúo con el tema del vino espumoso y su versatilidad, para que ustedes estimados lectores, formen su criterio, y para que los chamacos "conocedores" (ellos saben a quiénes me refiero) que intentan escribir sobre estos temas, copien una vez más mis textos, a ver si ahora, con un ápice de imaginación.



Siguiendo la tesis de los 6 grupos de alimentos, que repito, me parece engloba de manera adecuada, más que a los alimentos a los sabores; exploremos entonces, de manera concisa bondades y "riesgos", de las combinaciones de cada uno de ellos con el vino espumoso.

Con las SOPAS no hay mucho que decidir o discutir, se trata básicamente de hacer un maridaje de contraste en cuanto a lo ligero o espeso de cada uno de los líquidos; no perdamos de vista que en este caso concreto, estamos hablando exclusivamente de líquidos.



Por lo que en aquel lejano 2004, también daba yo la opción de enriquecer con pequeños trozos de carne, pasta, crutones, etc., a los caldos ligeros, (consomé o fondos) y la otra, que me parece más ad-hoc, acompañar al espumoso con una una sopa cremosa, que complemente las sensaciones de uno y otro, en el gusto.


Con los alimentos SALADOS si habrá que detenernos un poco más; ya que la sal no es precisamente el "mejor amigo" de un buen espumoso, aunque el bajo contenido de alcohol de este vino, nos permite experimentar una agradable percepción de frescura después de comer algo "aceptablemente" salado. 



Escribía entonces, de una buena gama de posibilidades entre los espumosos y los SALADOS... incluidos los quesos, ya ve que los franceses acompañan su champaña con el italianísimo Reggiano-Parmesano. 



Y ¿qué hay de su liga con el caviar? La recomendación es que éste, sea de buena calidad, de otra manera, un sabor fuerte y agresivo, borrará las "gracias" del célebre mousseux francés. 

Recientemente, por sugerencia de una buena amiga entendida en estos temas, lo acompañé con Jamón Ibérico... resultó interesante, sin duda hay una "complicidad" entre lo graso del jamón, su salinidad y la frescura y acidez del espumoso, sin dejar en el olvido las burbujas... no deje de atender esta recomendación, le garantizo que no se va a arrepentir.



Y ya que hablé de las burbujas, entra oportunamente el tema de los FRITOS, ya que éstas, aligeran lo graso de los alimentos fritos, que no son tampoco sus mejores "aliados", así que entre menos recurra a ligar los espumosos con este grupo de alimentos, mejor.


Y llegamos al SUSHIMI y el SUSHI, que en aquel momento (2004), creó alguna controversia debido a que, algunas voces decían, que ésta modalidad de la comida japonesa no constituía per sé, un grupo de alimentos, pero yo accedí a incluirla, debido a lo "amigable" que resulta con el espumoso, y a que cada día, se consumen más éstos "rollitos".



Tradicionalmente se llevan muy bien con la cerveza, y por el asunto de las burbujas también con el espumoso, que en mi opinión, complementa con cierta sutileza, los sabores y sensaciones tersas, si me permiten la expresión, de esta popular modalidad de comida oriental.

Hasta aquí hoy, este delicioso tema de las burbujas, que por cierto, están muy presentes este noviembre en La Europea, ¡aproveche sus promociones!



Buen provecho y... ¡mucha salud!

Gabriel Mora y Romero
Director Editorial

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