Y yo que estaba sorprendido que el mismo 23 de Diciembre había gente trabajando, llamando, proponiendo... pensé, por fin las cosas cambian, ¡bendita crisis! nos está volviendo más productivos, pero... NO, la ingenuidad que no descansa, a pesar de mis años, me sigue haciendo su presa... qué va, aquí no cambia nada.
Y así inició el 2016, con lentitud... ¡qué dificultad para soltar algo que se parece a la pereza, para dejar ese estado de marasmo que nos agacha con su peso, para deshacernos del ahogo para romper la inercia y empezar a... dar los primeros pasos! pero así funciona este país, bueno, eso también es relativo... pero insisto, estamos ¡finalizando Enero! y apenas se ven por ahí algunos tímidos visos de que por fin, el país está despertando, se está despabilando de la juerga que le duró dos meses.
Para cuando por fin la máquina esté en marcha de nuevo, cuando la nación alcance otra vez la velocidad de crucero y finalmente atrape ese ritmo que jala y empuja a la vez, nos caerá encima el primer "puente" (fin de semana largo, bank holyday...) y la continuidad, -esa virtud que desconocemos en nuestro México pero que tanta falta hace, y que de vez en vez viene y se asoma, pero se regresa volando hacia el norte- sigue sin instalarse, sin hacer nido aquí, y entonces, ante su ausencia, todo se detiene otra vez..!
Así que recordando antojos y buenas barras me acerqué a El Mirador, la cantina allá frente a las rejas de Chapultepec... en donde a pesar del correr de los años, (42 años de frecuentarla), sigo encontrando buenos amigos que no se han podido librar de la adicción que produce su comedor y su barra, en donde "humedecemos la palabra" con buenos tequilas, o con buenos whiskys... y en donde nos quitamos los antojos con los clásicos de su cocina, como Las Puntas Venado, El Filete Mirador, o el celebérrimo "Tribilín".
Y en lo que me instalaba en la barra con mi herramienta de trabajo, -máquina mágica que traduce ideas en palabras-, pedía mi tequila y una cerveza, y me acercaban la taza con el caldo de camarón obligado, llegaron Miguel y Nacho, (creo que ya están inventariados ahí, justo como las mesas y las sillas...) y tras el abrazo obligado, comenzamos, una vez más, a humedecer la palabra, y a dejar salir por fin, nuestras predicciones para este 2016, que según parece, -sólo parece-, comienza a dar los primeros pasos..!
Gabriel Mora y Romero
Director Editorial
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