domingo, 6 de noviembre de 2016

Una temporada entre vinos... 2a entrega (video)

Días después de la enriquecedora experiencia con los vinos de Bordeaux, recibí las invitaciones para conocer las propuestas de un par de D.O. de España, (Ribeiro y Castilla y León) mismas que se repiten año con año... en busca de mercado para vinos jóvenes, baratos, y salvo excepciones muy contadas, de poca calidad.
Es lo mismo desde hace años que asisto a estos "Días del Vino de España" o como se llamen... su apuesta está en lo barato, lo ordinario, así que no tiene caso hacer referencia a esos eventos.

Mejor les platico de "The Best Tasting Wines of Italy".
La cita, en un hotel del Paseo de la Reforma a las 11:00 en punto; hora en la que franqueba el umbral de cristal del recinto en donde me encontraría con estos "nuevos" -para mi-, vinos italianos de la región de Veneto, por los rumbos de la inmortal Venecia. 



Al igual que su gastronomía, los vinos italianos son una de mis debilidades más acentuadas, y al contrario de los exportadores españoles, los italianos traen a México vinos de buena calidad, diferentes... y siendo Italia un país de una cantidad notable de uvas autóctonas, cada ocasión que nos presentan vinos, el paladar se llena de sorpresas agradables, enriquecedoras, colmadas de primicias para el gusto y el olfato, que envuelven y gratifican, y esta ocasión, no podría ser de otra manera.

Los vinos que presentaron en esta cata/maridaje fueron del norte de Italia; vinos diferentes a los que tradicionalmente consumimos en México, (Chianti, por ejemplo) y que un par de ellos, me resultaron dignos de elogio, así que siguiendo mi costumbre al narrar estas experiencias, me concentraré en ésos que llamaron mi atención.



La bienvenida, ¡un acierto! inmediatamente al llegar, como lo dictan las buenas costumbres, una copa a la temperatura correcta, de un Prosecco extra seco Millesimato de la bodega Anna Spinato... que le dio un refresco al ánimo, desató la primera frase de gozo al encuentro de amigos, y llenó el gusto en la boca con una grata burbuja fina, persistente, precedida por una espuma suave y de la mano de una acidez llena de nobleza y, un equilibrio bien logrado entre notas frutales y minerales... ¡salud..!

Este pálido vino espumoso es dueño de una facilidad para beberse que alegra y atrapa... es de esos que se pueden seguir bebiendo tan sólo con una tira de conciencia en el medio de conversaciones alegres, pero también, para acompañar algunos platillos con orígenes en productos del mar, como langostinos o la siempre deleitosa ¡langosta..! y en algún momento, ya que soy aficionado a encontrar maridajes con las sopas, cruzó mi mente la liga que haría acompañando a una Minestrone de polendas..!



Como dije, los vinos italianos son una de mis grandes debilidades, y es una lástima que en México no se encuentren fácilmente, y que tampoco se difunda su consumo de la manera adecuada...  su variedad y riqueza en uvas autóctonas -"regadas" en diversas regiones- aportan características particulares, que resultan en vinos ricos, potentes, complejos, que "llenan la boca", dignos de regocijo... y un ejemplo de esas virtudes, las encontré en el otro vino del que les voy a hablar.

EL Santa Sofía  Amarone della Valpollicella, Classico, 2011 con el que cerramos la deliciosa jornada.
Este tinto tiene su origen en la mezcla de las siguientes uvas: Corvina 70% y Rondinella 30%, como ve, -uvas autóctonas de la zona-, que pasan 36 meses en barrica de roble Eslovaco y se "afinan" -usando un término muy de los bodegueros italianos- 12 meses más en la botella.

Un vino brillante, de capa alta, con las característica que nombré líneas arriba... pareciera concentrado, que ha logrado aprisionar la historia de su tierra, de su fruta, de su clima dentro de cada botella... sin perder un ápice de una elegancia serena... un vino para el plato fuerte de una comida seria; con un final prolongado, además, un vino de guarda... 



El maridaje creó algunas discordancias, las normales, recordemos que todo esto vive inmerso en el mundo de la subjetividad, sin embargo, para mi resultó... aceptable.

Al final, varios de los asistentes expresaron sus opiniones sobre los vinos catados y en general de los italianos, pero cuando se estancaron en ahondar en la comercialización de vinos de 1 euro, sentí que era la hora de retirarse... a usted estimado lector, ¿le importan los vinos de 1 euro? A mi tampoco...

En la siguiente entrega, les contaré de una espléndida cena en el Club de Industriales con "blancos" de una bodega ¡franco-mexicana..! 
Sí, el célebre bodeguero Henri Lurton, en "contubernio" con su enóloga allá en Burdeos, la mexicana, -sí leyó usted bien-, la mexicana Lourdes Martínez Ojeda, crearon una bodega en el Valle de Guadalupe, en Baja California.



Como siempre, les deseo buen provecho, pero sobre todo, buena ¡salud..!

Gabriel Mora y Romero
Director General y Editorial

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